viernes, 19 de febrero de 2010

Raúl H. de Pasquali y su obra

“Nosotros hemos seguido los Caminos de Caranaca con otro propósito, el sumirnos en el pentagrama de la tierra para entonar la dulce melodía del principio de la razón de ser, para con fuerza de amor ancestral unirnos al coro armonioso de nuestros más lejanos antepasados, que esperan y luchan desde el infinito para ocupar el puesto que les corresponde en las páginas de nuestra historia.”1, así definía con belleza y en tono colectivo, en uno de sus libros, Raúl H. de Pasquali, su ejemplar tránsito por la vida, a través de su oficio como historiador militante.

Hombre políticamente vertical, sin manchas, organizado hasta el rigor, bioanalista de profesión y artista plástico en sus ratos libres, cuando exponía un concepto era porque lo había verificado en sus fuentes más esenciales y profundas, bondadoso con el conocimiento, enemigo terrible de las posiciones blandengues, oportunistas y timoratas. Su compromiso con la historia partía de lo enunciado en aquella vieja tesis de interpretar para transformar2, de tan necesaria aplicación en este tiempo histórico que vivimos. Un constructor de patria incansable. Un ciudadano austero digno de imitar.

Tuve el honor de conocerlo, de disfrutar el privilegio de su amistad.

Si de nosotros, físicamente, no se hubiese marchado, mañana estuviese cumpliendo 86 años. “Don de Pa” o “El Conde de Garabote”, como cariñosamente lo llamábamos en el petit comité, donde juntos militamos nuestra lealtad al milenario sueño del socialismo y su consecuente sociedad de iguales, no dudó nunca en colocar su intelecto a disposición de los trabajadores y de las causas nobles de los pueblos.

Por historiador militante, asumió plenamente el concepto definitorio de su oficio como la “ciencia de los hombres en el tiempo”3, cuyo método histórico con criterio de totalidad le permitió abordar fenómenos concretos en el tiempo y en el espacio donde se producen, con visión de conjunto en función de su completo conocimiento, las causas que los originan, las influencias externas, su relación con fenómenos anteriores, además del estudio de otros fenómenos que coexisten dentro de cada uno de los mismos y hasta las posibilidades de transformación de éstos en otro fenómeno.

Por disposición de él en vida –y ahora por voluntad de la señora Carmen, su esposa–, he venido fungiendo de editor de su obra historiográfica. Tarea política de altísima responsabilidad, en la que me acompaña el petit comité militante, al que les hacía referencia dos párrafos arriba.

En 2003 publicamos «Caminos de Caranaca: 25 siglos de historia», libro que él disfrutó poco pues a los meses murió, en el que realiza un vasto estudio del poblamiento territorial de los distintos paisajes que hoy conforman al estado Portuguesa, que abarca de mil años antes de la era cristiana hasta la llegada de la conquista europea; allí incluye la ubicación geográfica de los asentamientos aborígenes precolombinos, los mapas de ruta de los genocidas de ultramar y parte de las piezas de barro y piedra que colectó durante sus periplos arqueológicos.

Hace escasos días, en el marco de la Filven 2009, en Guanare, presentamos «La Revolución de Guanarito-1836», investigación que toma como escenario al primer golpe de Estado habido en Venezuela, conocido como La Revolución de las Reformas, y sus repercusiones posteriores, que dieron origen a los primeros levantamientos campesinos en el país, los cuales, empuñando una bandera y un programa, no cesarían jamás por estas llanuras, por esta comarca calurosa.
Quedan pendientes por editar otros trabajos.

Sirvan estas líneas conmemorativas por los 86 años de su nacimiento para estimular el interés en los jóvenes liceístas, y en especial en los docentes del área, a hurgar un poco más en la vida de este hombre, un honesto portugueseño que tuvimos tan cerca, quien, con sus enseñanzas de vida, señala un camino, que no es otro que el de nuestra redención social como pueblo.






Fuentes consultadas:
1) «Caminos de Caranaca: 25 siglos de historia», Raúl H. de Pasquali, Fondo Editorial Municipal, Alcaldía de Páez, 2003, Pág. 12.

2) «La Ideología Alemana», Carlos Marx y Federico Engels, Tesis sobre Feuerbach, Tomo 2, “Editorial El Perro y la Rana”, Colección Heterodoxia, Pag. 423.

3) «Apología de la Historia o el oficio de historiador», Marc Bloch, Colección Textos Clásicos, Fondo Editorial Lola de Fuenmayor-Fondo Editorial Buría, 1986, Pag. 68.

1 comentario:

  1. Saludos muy interesante los comentarios sobre Raúl H. de Pasquali. Sigue adelante. Donde puedo adquirir el libro Caminos de Caranaca: 25 siglos de historia. Gracias por tu tiempo

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